Son productos inyectables cuya función es generar colágeno en la dermis con un efecto densificador y tensor de la piel. Ayudan a disminuir la laxitud cutánea en la cara y cuerpo, mejorar los contornos faciales y mejorar también la calidad de la piel.

Sabemos que a partir de los 30 años nuestro colágeno comienza a disminuir de forma progresiva perdiéndose esa función de sostén o estructura en la piel. Entonces podemos usar estos bioestimuladores con un efecto profiláctico a partir de los 30 años o como tratamiento si ya existe flacidez.

Habitualmente se aplican en 1-3 sesiones dependiendo de la edad y el estado de la piel. Se aplican directamente mediante cánula y el estímulo en la síntesis de colágeno (neocolagénesis) comienza aproximadamente a las 3-4 semanas y su efecto se prolonga por más de 18 meses.